La tecnología asegura el control óptimo, y acerca la ‘curación’, de la diabetes

La tecnología asegura el control óptimo, y acerca la ‘curación’, de la diabetes

La creciente incorporación de recursos como la Inteligencia Artificial facilita un manejo más individualizado de la enfermedad y rompe barreras

Jueves, 17 de junio.- La curación de la diabetes no llegará solo con la tecnología, pero los progresos tecnológicos y la incorporación creciente de recursos como la Inteligencia Artificial (IA) serán claves para conseguir un control más óptimo, y quizás definitivo, de esta enfermedad y sus consecuencias. Así se desprende de una sesión científica celebrada hoy en el marco del XXXII Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), centrada de forma monográfica en la tecnología aplicada en diabetes.

Aportaciones de la IA

Tal y como lo resume el Dr. José Miguel Borrachero Guijarro, médico de Familia del Centro Salud Barrio Peral (Cartagena), “la inteligencia artificial incorporada al tratamiento de la diabetes permite: individualización de las terapias, una mayor eficacia y una disminución de la carga de toma de decisiones que tiene que realizar todos los días una persona que vive con diabetes”.

Las herramientas que incorporan la inteligencia artificial a los hardware (dispositivos) de la diabetes permiten realizar acciones que normalmente necesitarían de la inteligencia humana para poder llevarse a cabo. Su aplicación en la práctica clínica ha dejado de ser ciencia ficción o un hecho puntual, para convertirse en un recurso de emergente aplicación clínica rutinaria y con un potencial de crecimiento extraordinario.

Un ejemplo de esto sería lo que realizan determinados softwares de gestión de diabetes incluidos en sistema de infusión continua de glucemia. “Estos software con IA permiten aprender de decisiones anteriores para dar cada vez una respuesta más individualizada a la persona que los utiliza”, explica el Dr. Borrachero, del grupo de trabajo de Nuevas Tecnologías aplicadas a la Diabetes de la SED.

A pesar de estas aportaciones, según admite este experto, “es difícil que la curación de la diabetes llegue por la tecnología, pero con el avance tan grande que se está produciendo tanto en los hardware como en los software parece claro que, en pocos años y gracias a la tecnología, tendremos una solución bastante cercana a la curación”.  La experiencia acumulada en los últimos años apunta hacia esa dirección, y es que “las personas con diabetes tipo 1 y los profesionales que ayudamos a que su vida sea más fácil sabemos bien lo importante que ha sido la incorporación de los medidores continuos, las bombas de insulina o las Apps para ayudar en la gestión diaria de la diabetes, aclara el Dr. Borrachero.

Actualmente están en marcha numerosos proyectos con IA que abarcan todos los ámbitos del abordaje de la diabetes (prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento…). Con todo, según opina José Miguel Borrachero, “donde más desarrollado está es en el tratamiento de la diabetes tipo 1, con la utilización de medidores continuos y bombas de insulina; aquí tenemos sistemas de asa cerrada con software que usan IA, pudiendo gestionar de forma autónoma e individualizada la liberación de insulina según las cifras de glucemia del paciente”.

También se están empleando Apps que integran algoritmos con IA, para aconsejar dosis de insulina según la glucemia de los pacientes (tanto diabetes tipo 1 como 2) que no utilizan bombas de insulina. Y hay algoritmos aprobados y utilizados en algunos países para diabetes tipo 2 en estadios tan tempranos como la prediabetes o la diabetes en tratamiento con fármacos no insulínicos.

En el ámbito de la prevención y el diagnóstico, está muy avanzada la interpretación de imágenes de retinografías por medio de determinados software. De esta forma, afirma el Dr. José Miguel Borrachero, “conseguimos realizar un diagnóstico de posibles afectaciones de la retina de forma muy precoz”. Una de las consecuencias de esto es que se facilitará que desde ámbitos como la Atención Primaria se pueda hacer un cribado de retinopatía diabética de forma rápida y muy eficaz, algo especialmente importante si se tiene en cuenta que ésta es una de las complicaciones de la diabetes más infradiagnosticada y con mejor evolución cuando se detecta a tiempo.

Los retos

Sin embargo, la incorporación de tecnología aplicada a la diabetes también plantea varios retos. Entre ellos, José Miguel Borrachero señala que “lo más importante es resolver cómo los profesionales vamos a ser capaces de incorporar toda esta tecnología a la práctica clínica, de manera rápida y flexible”. Para ello, entre otras medidas, “deberíamos hacer cambios en nuestro sistema sanitario, transformando las unidades de diabetes en unidades más tecnológicas, con la incorporación de informáticos, ingenieros y, sobre todo, de pacientes expertos”, aconseja este facultativo, quien considera que “si somos capaces de hacerlo, mejoraremos mucho la calidad de vida de nuestros pacientes y estaremos a la altura de lo que necesitan”.

También se debe afrontar la realidad de que las personas con diabetes cada vez se van a involucrar más en su enfermedad, con más información y solicitando constantemente novedades. “Ya hay movimientos DIY (do-it-yourself), donde personas con diabetes han decidido por su cuenta introducir algoritmos creados por ellos, sin ninguna supervisión de agencias del medicamento, para autogestionar bombas de insulina”, informa el Dr. Borrachero, quien apostilla que “estos sistemas no dejan de ser máquinas con algoritmos muy complejos de autoapredizaje que permitirán mejorar la gestión de la diabetes, pero que precisan la interacción de la persona con diabetes con el profesional sanitario”, lo que pone aún más en valor “la necesidad y urgencia de que las guías de educación diabetológica se adapten a las nuevas tecnologías”.

El fin de la autodeterminación de glucemia capilar

Una de las grandes aportaciones de las tecnologías aplicadas a la diabetes es dejar casi en un papel residual a la autodeterminación de glucemia capilar (los clásicos controles de azúcar en el dedo), especialmente en personas con diabetes mellitus tipo 1. La monitorización continua de glucosa discontinua (el único por el momento es FreeStyle Libre) o en tiempo real (de esta última opción hay varios sistemas comercializados) abren una nueva era en el control de la diabetes y sitúan en el pasado a los controles capilares.

“Estos nuevos dispositivos de monitorización permiten, entre otros muchos beneficios, que una o varias personas puedan seguir los niveles de glucosa de un paciente con diabetes a través de un smartphone, y esto es una gran ventaja en niños o personas dependientes”, destaca el Dr. Jesús Moreno Fernández, de la Consulta de Tecnología en Diabetes del Hospital Universitario de Ciudad Real, quien llama la atención especialmente sobre “aquellos sistemas que no requieren calibración por parte del usuario, dada su mayor exactitud y comodidad”.

Para este especialista en Endocrinología y Nutrición, la monitorización continua de glucosa en tiempo real resulta especialmente ventajosa, al ofrecer al usuario la posibilidad de conocer continuamente sus valores de glucosa sin necesidad de escanear previamente. “Esto permite tener activadas diferentes tipos de alertas ante valores altos o bajos de glucosa o, mejor aún, avisar con alarmas antes de que se produzca una bajada de azúcar. Los sistemas más punteros son muy exactos y no requieren calibraciones por parte de los usuarios”, asegura el Dr. Moreno.

En general, se considera que la monitorización continua de glucosa ha demostrado mejorar el control de la diabetes, especialmente en lo que respecta a la reducción de las hipoglucemias; además, “los pacientes refieren una gran mejora de la calidad de vida y su grado de satisfacción es mayor”, explica este experto, quien reconoce que aún estamos en una fase incipiente de desarrollo de este tipo de tecnología.

La investigación en este campo se focaliza principalmente en el desarrollo de sistemas cada vez más pequeños y en mejorar su conectividad con otros dispositivos relacionados con el control de la diabetes, como las plumas de insulina, las bombas de insulina o el páncreas artificial. Como sentencia el Dr. Jesús Moreno, “el futuro vendrá por sistemas cada vez más pequeños, menos invasivos y que permitan mayor grado de conexión con otros dispositivos inteligentes”.

Sistemas de asa cerrada o páncreas artificial: novedades

Entre las promesas más sugerentes que ofrece la tecnología aplicada a la diabetes se encuentran los sistemas de asa cerrada o páncreas artificial. Sobre estos aspectos gira la conferencia de Jorge Bondia Company, ingeniero y catedrático de la Universidat Politècnica de València (UPV), quien aborda en su conferencia el concepto de control de asa cerrada versus asa abierta y el cambio de paradigma que ello supone, así como explica los sistemas de páncreas artificial híbridos y sus desafíos, y las diferentes tendencias que existen encaminadas a la eliminación o reducción de la intervención del paciente, que dará lugar a las siguientes generaciones de sistemas.

Los sistemas de asa cerrada, en lugar de presuponer un comportamiento dado del paciente y pre-programar la infusión de insulina basal, efectúan una computación cada 5 minutos a partir de la desviación de la glucosa medida respecto a un objetivo dado, es decir, se realimenta la información (se cierra el asa). Así, como describe el ingeniero de la UPV, el sistema puede hacer frente mejor a la variabilidad del comportamiento y el efecto, por ejemplo, de una comida (ya que se mide la respuesta y se corrige de forma continua, a diferencia de una bomba de insulina estándar)”.

Los progresos en este ámbito han permitido el desarrollo de sistemas de asa cerrada híbridos, que “realmente son sistemas de `páncreas artificial´”. A pesar de necesitar información de la ingesta para administrar un bolo en las comidas (acción de “prealimentación”), la tasa basal de insulina es una acción de “realimentación” (se computa a partir de la medida continua de glucosa, que es lo que define a un páncreas artificial). Otra cosa, como matiza el Prof. Bondia, “son las expectativas que el término de páncreas artificial puede generar en los pacientes, que desean una total automatización sin necesidad de intervención en las ingestas”; en cualquier caso, asegura, “se va hacia esa dirección”.

Actualmente se está trabajando en nuevos sistemas que permitan reducir la intervención del paciente. “El objetivo principal es eliminar la necesidad de contar hidratos”, apunta este investigador, quien asegura que “es un problema complejo, dado que implica la detección de ingestas con la rapidez suficiente como para poder actuar a tiempo y, además, sin detecciones erróneas que puedan inducir un riesgo para el paciente si se actúa cuando no toca”. A su juicio, “disminuir la intervención del paciente va a conseguirse a costa de aumentar la complejidad algorítmica y, posiblemente, farmacológica (con sistemas que van más allá de la insulina)”.

En cualquier caso, como concluye el Prof. Bondia, “no cabe duda que los sistemas de asa cerrada suponen un salto tecnológico importante y nos obligan a pensar diferente”. En estos momentos, hay una gran variedad de sistemas, de complejidad diversa y cada uno diferente del resto, lo que va a requerir un importante esfuerzo en formación por parte de todos”. En el caso concreto de los sistemas híbridos, el experto de la UPV aclara que “son sólo la primera generación de sistemas y aún resultan imperfectos, pero ofrecen ya importantes mejoras del control glucémico”.