Diabetes e insuficiencia cardiaca, una relación bidireccional

Diabetes e insuficiencia cardiaca, una relación bidireccional

Nuestro objetivo es mejorar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes con diabetes.

Bilbao, 21 de abril.- “Las evidencias demuestran que la nueva generación de fármacos antidiabéticos, que ya sabíamos que eran buenos para reducir la glucosa en personas con diabetes, sin engordarles ni provocarles hipoglucemias, no solo sirven para eso, sino que, además, evitan infartos”, asegura el Dr. Esteban Jódar Gimeno, Jefe del Departamento de Endocrinología de los Hospitales Universitarios Quirón de Madrid.

El especialista ha sido uno de los ponentes de una mesa conjunta SED (Sociedad Española de Diabetes)/ SEC (Sociedad Española de Cardiología), sobre “Diabetes y Seguridad Cardiovascular”, que se ha desarrollado en el marco de la segunda jornada del XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes, que transcurre en Bilbao del 20 al 22 de abril con la asistencia de más de 1.500 especialistas.

Diabetes e insuficiencia cardiaca
La diabetes está estrechamente asociada a la insuficiencia cardíaca y, de hecho, se estima que cerca del 40% de los pacientes con insuficiencia cardiaca son diabéticos. A su vez, la diabetes acelera la evolución de esta enfermedad cardiaca. Tal y como se ha puesto de manifiesto en esta mesa, las personas diabéticas desarrollan por múltiples mecanismos insuficiencia cardíaca antes de lo que les pudiera corresponder. Esto es así porque la diabetes produce una arterioesclerosis acelerada, provoca cardiopatía isquémica precoz y también enfermedad de los pequeños vasos (de la microcirculación sanguínea).

Por otra parte, la grasa que está asociada a los ácidos grasos libres de la diabetes se acumula en el corazón y forma una verdadera ‘enfermedad de depósito’ que los cardiólogos denominan neocardiopatía diabética. Por tanto, “la relación diabetes e insuficiencia cardiaca es bidireccional”, explica el Dr. Iñaki  Lekuona, jefe de Cardiología del Hospital de Galdakao, en Bizkaia, y uno de los moderadores de la mesa. En la misma línea, el Dr. Jódar  reconoce que la relación de las dos enfermedades cuesta “el 70% de días perdidos, el 70% de los ingresos y el 70% de muertes debidas a la enfermedad cardiovascular; por eso, es algo en lo a los endocrinólogos nos interesa actuar”.

Garantizando la seguridad cardiovascular
En los últimos 10 años ha habido un cambio enorme en cuanto a la exigencia de datos de seguridad cardiovascular de los fármacos que se utilizan en las personas con diabetes y, más recientemente, se han obtenido resultados espectaculares e inesperados de beneficios cardiovasculares con algunos de esos fármacos indicados para el tratamiento de la diabetes. El Dr. Esteban Jódar explica que “es un cambio de modelo que se viene produciendo desde el 2008, cuando las autoridades regulatorias empezaron a exigir con mayor insistencia que cualquier medicamento para el tratamiento de personas con diabetes esté avalado por una serie de evidencias sólidas sobre su seguridad cardiovascular”.

El endocrinólogo de los Hospitales Quirón de Madrid se ha referido también a los ensayos clínicos de seguridad cardiovascular en diabetes. En su opinión, son estudios muy importantes, que cuestan mucho trabajo realizarlos y en los que hay que incluir a un gran número de pacientes y de muy alto riesgo: “son personas con diabetes distintas a las habitualmente incluidas en otros ensayos clínicos, ya que la mayoría han sufrido un infarto y presentan problemas de riesgo cerebral y/o de amputaciones”. Además, son ensayos a muy largo plazo, con lo cual es muy difícil mantener el seguimiento de los pacientes.

Hasta ahora los ensayos se llevaban a cabo para demostrar que los fármacos eran óptimos para el manejo de la diabetes, pero ahora además tenemos datos que nos indican que hay medicamentos antidiabéticos que tienen beneficios adicionales en pacientes cardiópatas”, subraya Jódar.

Por lo tanto, se abre un futuro excitante para el tratamiento de las personas con diabetes, sobre todo cuando tienen enfermedad cardiovascular establecida, “ya que les vamos a poder ofertar beneficios tan relevantes como los que documentan nuestros compañeros cardiólogos e internistas en cuanto a reducción de riesgo”.

Y se inaugura también otra vía apasionante de investigación y uso clínico, como es “el posible empleo de fármacos inicialmente diseñados e indicados para hacer frente a la diabetes y que ahora, se ha comprobado, que podrían ser también beneficiosos en personas no diabéticas con enfermedad cardiovascular”, vaticina el Dr. Jódar

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